Tu pareja y sus hijos

Lo has intentado casi todo pero no sabes qué hacer para llegar a ellos o a ellas. Esta situación es tan común que seguro tienes amigas o conocidas que también les ha sucedido. Se sienten felices con su pareja pero sienten que los hijos de el/ella están siendo un obstáculo para la relación.

La paciencia, la primera clave

Es tu primer arma para lograr lo que deseas. No te desanimes si hoy por hoy tu relación con los hijos de tu pareja es mala o regular, esto puede cambiar.

Los niños y los adolescentes tienen menos herramientas de afrontamiento ante los cambios, muchas veces su forma de mostrar la inseguridad, el miedo que sienten ante una nueva situación es ser agresivos, chillar, romper cosas, en definitiva tratar de llamar la atención. Divorcios y separaciones pueden suponer una experiencia traumática para los niños, en mayor o menor medida su comportamiento sufrirá cambios.

Conoce a los niños

Son parte de la vida de tu pareja por tanto conocerles mejor es también una forma de acercarte más a él o ella. Usa el humor con los niños, trata de saber lo que les gusta o lo que les disgusta. Tomate tiempo para ir conociéndoles sin prisas. Si te cuentan cosas escucha con atención, si sabes que les gusta algo pregúntales por ese tema. Dedicar tiempo a alguien es una demostración de cariño. Si el niño se da cuenta que a ti te importa poco a poco irás venciendo su resistencia.

Hazle sentir importante

No hay nada que nos guste mas a los seres humanos que sentirnos importantes. Si el niño hace cosas bien, destácalas, haz que el niño se sienta importante, preguntale por su colegio, sus tema favoritos.

Frente común con tu pareja

Recuerda la unión hace la fuerza. Habla con tu pareja y formar un frente común ante los niños. El padre o la madre junto con la parea son los encargados de poner límites al comportamiento del niño. Limites entre lo que no puede hacer porque está mal y lo que si puede hacer. Cuando el niño tenga claros los límites le será más fácil aprender a comportarse bien con la nueva pareja.

El respeto por el niño

Tu pareja te ha escogido pero sus hijos (o los tuyos) tienen que adaptarse a esta situación, a veces puede costarles. No les puedes exigir que quieran a tu pareja, pero sí que sean educados como tendrían que serlo con cualquier otra persona mayor.

Cada padre o madre ha de ser él/ella quien marque las pautas a sus hijos con respecto a lo que – No se puede hacer a la otra persona-. No ha de ser el novio de mama quien hable de esto a los niños, ha de ser la madre quien deje claro a sus hijos lo que no deben hacer.

Hazles ver que tú no vas a sustituir a su madre o padre

Muchos niños se sienten desconcertados, consideran que la novia de papá o el novio de mamá es culpable del divorcio o ruptura de sus padres. Desde el principio deja claro que tu no sustituye a su mamá o a su papa.

Usa siembre su nombre al  hablar con el niño. Busca puntos en común con el niño o niña, escúchale. Si el niño se comporta mál contigo, te grita, insulta o algo similar, repite en alto: Tú (en nombre del niño) te sientes mal y por eso me gritas, pero yo no quiero pelearme contigo.

Si uno de los hijos de tu pareja te reta

Recuerda el adulto eres tú, y tú eres quien ha de llevar el control de la situación. Si el niño trata de sacarte de quicio, y ve que no lo logra se sorprenderá. Siempre una idea clara y sencilla. Si quieres que hablemos tienes que hablar sin gritar y de forma educada, si no es así no hablaremos.  Que el niño te grita o no se porta bien, le recuerdas que mientras no te hable de forma adecuada no hablarás, y te marchas.

Si te dicen que no eres su madre o padre que no te harán caso.

Diles que tienen razón, no eres su madre ni su padre pero sí una persona mayor a la que tienen que respetar. Repite la técnica que hemos comentado si el niño te reta, y habla con tu pareja para que sea él o ella quien como padre o madre sea quién riña al niño en primer lugar.

Tú puedes optar por decir lo que te parece de forma firme y tranquila- Ejemplo: Carlos mientras me chilles no hablaré contigo, háblame de forma educada- si el niño sigue incomodándote marcharte de la habitación o dejar de prestarle atención. Pero que quien riña primero (en los primeros momentos hasta que la relación sea más fluida) sea el padre o la madre.